La juventud hoy, una mirada fotográfica
Bajo este título, se desarrolló en los últimos meses de 2010 un concurso fotográfico en la Facultad.
Se presentaron 83 fotografías, obra de 34 participantes de la comunidad universitaria, en el concurso organizado por la Secretaría de Planeamiento y Fundatec, en ocasión del Año del Bicentenario de nuestra patria.
| Los ganadores del concurso fueron: 1º Premio: Ignacio M. Landera. “Dos Ingenieros” – Ingeniería Civil 2º Premio: Gastón Nicolás Frías. “Revuelta murguera 1” – Ingeniería Mecánica 3º Premio: Fernando Buffone. “Post visita a Aluar” – LOI 1º Mención: Jorge Alejandro Gentile. Sin título – Ingeniería Civil 2º Mención: Federico Andrés Césari. “Tranquilidad” – Ingeniería Electrónica 3º Mención: Matías Aybar. “Atardecer de longboard” – Ingeniería Electrónica |
El jurado estuvo compuesto por: Arq. Luis Elio Caporossi, Sr. Juan Luis Sabatini, Lic. Carla Correa, Ing. Alejandro Iglesias y Prof. Roberto Girolami.
Reflexiones en torno al Concurso
Jóvenes que estudian, buscan empleo, testimonian solidaridad, denuncian atrocidades, se divierten, juegan, descansan, trabajan, expresan la energía que les es propia, alcanzan metas o se frustran, son algunos de los significados sugeridos en la muestra fotográfica presentada en el hall de la Facultad.
Diferentes versiones de una misma realidad, las imágenes hablan, hacen reflexionar, sugieren un sentido; por eso se ha dicho muchas veces que la fotografía ayuda a ver a las personas. Este “ver” es algo que hacemos, no algo que meramente ocurre en nuestro cerebro. El proceso mismo de visión implica un proceso de creación sobre el que influyen tanto los hábitos y convenciones como los prejuicios y experiencias que tenemos. Lejos estamos, al menos en teoría, de aquellas concepciones en que el realismo ingenuo sostenía que “copiábamos la realidad”, lo que significa que cuando vemos un objeto y sus propiedades, en condiciones normales, es precisamente eso lo que vemos, sin necesidad de suponer que la conciencia impone a la realidad determinadas perspectivas producto de un proceso de construcción individual y social. En palabras del filósofo Jean Baudrillard, “fotografiar no es tomar el mundo como objeto sino construirlo, hacerlo devenir a través de mil facetas”. Es que la fotografía no es la mirada en sí, pero sí el modo como miramos. Siempre -y hoy es más notable aún en función de la revolución tecnológica digital existente-, la fotografía ofrece nuevos modos de ver, en consonancia con lo que ocurre en la ciencia y en la educación con la aparición de nuevos paradigmas que ponen en crisis la “fijeza absoluta“ de algunas concepciones.
Si la fotografía es como una puerta a mundos parecidos, no iguales, no “copiados” (no hay copia posible) a los que vemos con el ojo cotidiano; si es “ver de nuevo“, tomarse ese tiempo casi sagrado para admirar el mundo; si se fotografía para hacer perdurar el mundo porque es efímero, porque todo pasa y necesitamos eternizarlo como si fuéramos un dios captando el justo momento mágico de “eso“ que está ocurriendo ahí afuera o dentro de uno; si la fotografía es aquello que movilizó a José Luis Cabezas a arriesgarse tanto o recientemente a los fotógrafos Tim Hetherington y Chris Hondros que murieron en Misrata cubriendo el conflicto armado en el país africano revelando así el carácter trágico que tiene la vida; si se elige la imagen para poder seguir hablando; si las fotografías que hacemos cualquiera de nosotros reúnen, como siempre ocurre, al menos más de un valor, ya sea testimonial, documental, de recuerdo, científico, estético, material, cultural… nos preguntamos: ¿qué tiene que decir la fotografía como modo de expresión de la subjetividad del alumno en el ámbito educativo de una institución de nivel superior?
“La fotografía es colocar la cabeza, el ojo y el corazón en un mismo eje“
Henry Cartier-Bresson.(Célebre fotógrafo francés, 1908-2004 )
En búsqueda de respuestas apelamos a uno de los líderes mundiales en materia de educación holista, el Dr. Ramón Gallegos Nava: “la formación humana es fundamental porque la crisis hoy no es tecnológica o de máquinas, es una crisis de relaciones entre los seres humanos, es una crisis de significado humano. El próximo paso evolutivo de la humanidad ya no será hacia el desarrollo o control externo del ambiente, será un paso evolutivo hacia adentro, hacia la expansión de la conciencia. El primer paso es educar integralmente. En la búsqueda de la excelencia educativa debemos tomar en cuenta todos los elementos que participan en la producción del conocimiento: científicos y no científicos, lógicos e intuitivos, cognitivos y estéticos. Así podemos tener una visión de la excelencia que sea integral. La integración de la lógica y la estética es fundamental: cuando se conjugan son un campo sumamente creativo que nos permite consideraciones objetivas, comprensión subjetiva y conocimiento personal. Esta perspectiva plural percibe con mayor amplitud y profundidad que los tradicionales criterios lógicos-administrativos. En esta perspectiva la realidad ya no será explorada solo a través de bases empíricas estrictas, sino desde una mirada bastante más amplia que incluye diferentes formas de saber”.
Finalizando estas reflexiones se abren nuevos interrogantes: si en verdad hemos captado que la fotografía, la música, la literatura u otra forma de exploración y expresión estética son formas de saber que acompañan al mismo tiempo las lógicas científicas en torno a lo real… Una respuesta a medias o indiferente a ello puede significar que quizás inconcientemente sigamos haciendo lo mismo que nos proponen paradigmas mecanicistas de siglos pasados, despedazar lo real en fragmentos atomizados a la espera de que solo los criterios productivos y las leyes del mercado nos digan hacia dónde debemos mirar, abandonando así el campo de la subjetividad más profunda de lo humano, la cual sí seguirá reinando en millones de mundos privados, pero al margen de los procesos educativos integrales que buscan en un “nosotros” una nueva manera de vivir.
Prof. Roberto Girolami
Equipo Interdisciplinario
Secretaría de Planeamiento
