Cuatro estudiantes  participaron del Programa IAESTE, una experiencia de intercambio

Las pasantías se llevaron a cabo entre agosto y diciembre de 2010 y participaron alumnos de Ingeniería Civil, LOI e Ingeniería Electrónica. Los destinos: Brasil, México y Grecia

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Andrés Andreani con la TV local

La Facultad forma parte del Programa IAESTE, programa en el cual todas las Universidades tienen la posibilidad de incorporarse y ofrecer a sus alumnos la posibilidad de contar con una experiencia laboral en instituciones de primer nivel mundial. El mecanismo de intercambio opera por reciprocidad: podrán ofrecer a sus mejores alumnos tantas oportunidades para completar su formación en el exterior como plazas que ellas mismas ofrezcan a estudiantes extranjeros para realizar una pasantía en su universidad. En la actualidad cuenta con más de 90 países que participan activamente en el Programa. IAESTE es una organización apolítica, independiente, no-gubernamental y sin fines de lucro. Mantiene relaciones formales con agencias de Naciones Unidas y ONG’s educativas. En ediciones anteriores se mostró cómo la Facultad ha recibido en este intercambio estudiantes de los lugares mencionados. En esta oportunidad, presentamos a los alumnos de la Casa que salieron al mundo con el mismo programa.

IAESTE en primera persona

Andrés Andreani – Brasil Organización Industrial

Fue muy emocionante abrir el mail que decía: País: Brasil, Estado: San Pablo, Ciudad: Itápolis, Empresa: Triángulo Alimentos, Estadía: Agosto a Noviembre. La empresa brasilera, fundada en 1964 refina aceites y fabrica margarinas y grasas vegetales, rubro este último en el cual es la segunda de Brasil, con una capacidad de 15.000 toneladas mes. El número de personal asciende a 350, poseen cerca de 150 tipos de productos y la flota de camiones propia ronda las 60 unidades. Itápolis es una ciudad del interior del estado de San Pablo, se ubica en el centro del mismo y queda a 400 km. de la capital. Los habitantes son poco más de 40.000, la ciudad es tranquila, segura y tiene mucha vegetación. Dos plazas forman el corazón del centro y tiene un parque donde hay un pequeño lago el cual todos aprovechan para realizar actividades de esparcimiento. Respecto a mi actividad laboral, superó todas mis expectativas. No tanto por las tareas que podía realizar, ya que es difícil para las personas de la organización planificar tareas que usualmente hacen los empleados permanentes para alguien que solo va a estar allí por unos meses, que habla otro idioma, etc. El secreto radica en que cada uno sea proactivo y trate al máximo de aprovechar las oportunidades que se van presentando. En mi caso trabajé realizando estadísticas del sistema de calidad, tratando de fijar parámetros comunes de los resultados de los análisis de laboratorio que se le hacían a los aceites y las grasas. El sector al que pertenecía era “Pesquisa e Desenvolvimento” y varias veces acompañe a mi jefe en visitas a otras plantas que eran clientes para hacer pruebas de producción o resolver problemas en la utilización de los productos. Otra cosa muy positiva fue que el dueño me dio la posibilidad de recorrer los distintos sectores de la empresa y conversar con la gente, de modo que esto amplió mucho mi aprendizaje. En el aspecto personal también el viaje me sorprendió para bien. Me llevaba muy bien con todos los empleados de la empresa y con los más jóvenes nos juntábamos a hacer asados, tocar la guitarra y cantar. Pero especialmente entablé con dos de los chicos que me acompañaron y apoyaron en todo momento, una de esas amistades que es para toda la vida. Me gustaría recomendar a todos los estudiantes que tengan la posibilidad de realizar un intercambio como este que lo hagan sin ningún tipo de duda. Como dice el Decano de mi Facultad: “para trascender y cumplir los objetivos en el mundo que se viene no alcanza la mirada local, se debe promover la internacionalización”. Realmente creo que esto es cierto, mi mente está mucho más abierta después del viaje y mi espíritu mucho más enriquecido.

¿Qué es el IAESTE? En la actualidad cuenta con más de 90 países que participan activamente en el Programa. IAESTE es una organización apolítica, independiente, no-gubernamental y sin fines de lucro. Mantiene relaciones formales con agencias de Naciones Unidas y ONG’s educativas.

Emiliano Dinius – Brasil Ingeniería  Civil Yo estuve en la localidad de Itapeva, en una casa de estudiantes donde éramos ocho, siete brasileros y yo.  Mi lugar de trabajo era  la UNESP (Universidad do estado de San Pablo), donde allí hay un sede que tiene tan solo 7 años, está muy bien equipada tecnológicamente y se puede estudiar Ingeniería Industrial Maderera. Me llamó la atención la cantidad de recursos que tienen, los laboratorios están equipadísimos, tanto para extraer aceite de las hojas de los árboles, hasta hacer papel con calidad de dinero, todo lo que son ensayos mecánicos de la madera y distintas investigaciones. Por ejemplo yo trabajé en un proyecto para hacer cemento –madera. En Brasil es muy difícil acceder a la universidad pública, tienen que rendir un examen muy complicado. Al ser tantos habitantes no tienen tantas posibilidades como tenemos nosotros, entonces hay mucha gente que queda excluida y no puede ingresar. De hecho cuando ingresan, los pelan, les tiran huevos, hacen un festejo como si se hubiesen graduado. Para el intercambio me daban una beca de estudio que eran $600 reales. Me ayudaron a conseguir un hospedaje que salía $200 reales por mes y consistía en el alquiler, limpieza, los impuestos e  internet, la verdad que estábamos bien. La comida era aparte, pero como allá se come mucho feijão (arroz con porotos), comprábamos bolsones de arroz entre todos y nos repartíamos los gastos. En la universidad tenía una tutora que era Ing. Civil y daba cátedras sobre paneles de madera, propiedades de la madera, etc. Cuando yo llegué tenía que cumplir 8 horas por día pero no tenía un horario específico, me dieron la llave de un laboratorio, donde yo bajaba información de internet o ella me la suministraba para el análisis, asistía a clases de otros profesores, y trabajaba en el proyecto de cemento-madera. El laboratorio donde desarrollábamos estas actividades, era el de propiedades físicas de la madera, después estaba también el laboratorio de mobiliario donde iban a construir un centro académico, ya habían conseguido todas las maderas,  tenían los elementos para aplicarles los tratamientos y  para hacer los cortes. El tipo de madera era rólica. En ese momento se encontraban haciendo una maqueta del centro, y como a mi me habían gustado cuando las hice la Facultad, participé del armado de la misma, y resultó muy interesante porque después cuando fue el intendente del lugar a ver el proyecto, le gustó tanto la maqueta, que dijo que iba a hacer un centro de ese tipo en la Facultad y  otro más en la entrada de la ciudad para que la gente vea la capacidad que tiene Itapeva de explotar los recursos. La maqueta tenía un techo muy vistoso que era de madera laminada colada de forma curva y con la madera rólica daba un contraste bonito. Cuando terminé mis trabajos, dejé mi valija más grande en la casa de estudiantes, y salí con mi mochila a recorrer otros lugares. Antes de viajar había hecho algunos amigos por internet que quería conocer y vivían en el litoral norte de Brasil, uno en Natal y otro en Salvador. Respecto a la cultura me gustó que los brasileros son personas muy receptivas, a veces no te conocen y te  abren las puertas de su casa, te hacen un asado, etc. Al ser tantas personas muchas no tienen las mismas posibilidades que nosotros, pero se nota que están cosechando los resultados de las buenas políticas de los últimos años, han invertido mucho en universidades, mucho en tecnología y con certeza de a poco la gente va a ir ganando la calidad de vida que se merecen. Para el que está terminando su carrera o se encuentra recién recibido y cumple las condiciones para postularse a IAESTE, la verdad es una experiencia muy positiva, que te ayuda a valorar otras cosas, a conocer otras cosas que hacen a tu profesión, pero también hacen a tu persona. Si están trabajando intenten pedir un permiso por el tiempo necesario, y si no se los dan como en mi caso, evalúen hacerlo igual porque realmente son experiencias muy valiosas.

Juan Moriggia – México Ingeniería Electrónica Mi destino fue Poza Rica, que es una ciudad en el norte de Veracruz en la costa del Golfo de México. En el Instituto Tecnológico se dictan carreras de Ingeniería Electrónica y Electromecánica entre otras. Cada departamento tiene su proyecto y  se compite a través de los mismos.  Primeramente estuve asignado a un proyecto  y tuvimos que participar de una semana de Ciencia y Tecnología, donde nos hicieron preparar un curso para el resto de los alumnos. Realmente los chicos del exterior que estábamos allí teníamos muy buen nivel, y nos trataban como si fuéramos docentes o profesionales, más que alumnos avanzados. En esto también influyó que por lo general el promedio de edad nuestra era más elevado. Al Instituto íbamos de 9 de la mañana a 6 de la tarde,  con lo cual aprovechábamos los fines de semana para ir a las playas que quedaban cerca de la ciudad. En conversaciones con alumnos de los últimos semestres, a veces nos dábamos cuenta de que carecían de algunos conceptos básicos. En la segunda parte de la estadía estuve trabajando con una chica de España, que también estudiaba Ing. Electrónica, y propusimos al departamento algunos conceptos más modernos y reales para que se comiencen a enseñar a los alumnos, porque en muchos casos se estudiaban cuestiones quedadas en el tiempo. Solamente se veía un poco más de nivel en los chicos apasionados por lo que hacían, que estudiaban  de manera autodidacta, además de lo que les enseñaba la Facultad. No contribuye el hecho de que no se rindan finales, porque si bien la carrera se hace en un plazo menor, al momento de estudiar toda la materia para un final se aprende muchísimo. De todas formas debo decir que desde  lo profesional y lo humano fue una experiencia muy positiva, yo les diría a todos los que quieren hacerla que es una inversión a futuro. Me sentí muy bien también porque los mejicanos como personas son increíbles, yo lo pensaba como nuestro país 50 años atrás, la gente es muy cordial y amable, te apoyan y te ayudan en todo y un detalle a destacar es que son muy felices, independientemente de lo que tienen, se nota alegría en la gente.

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Diego Evangelisti Power Public Corporation Grecia

 

 

 

Diego Evangelisti – Grecia Ingeniería  Electrónica En marzo de 2010 recibí un e-mail de IAESTE Argentina el cual contenía una oferta para realizar la pasantía. Destino: Power Public Corporation (PPC) de Grecia, la empresa de energía pública me abría sus puertas en una de sus centrales termoeléctricas (Atherinolakkos Power Plant) ubicada en la isla de Creta. Luego de una interesante estadía en Atenas fui a Ierapetra, ciudad en donde me esperaba un ingeniero de la empresa para llevarme al lugar de trabajo. Luego de 40 minutos de viaje el Director de la empresa me dio la bienvenida, me presentó frente a los demás ingenieros y conocí a mis compañeros de oficina, alojamiento y viajes: un estudiante de Ingeniería en Informática de Bielorrusia y un Ingeniero Eléctrico de Mongolia. Luego de recorrer las instalaciones y conocer mis futuras tareas ya estaba listo para comenzar a trabajar. Mi trabajo consistió en relevar datos sobre el mantenimiento de toda la instrumentación y maquinaria instalada en planta. Trabajamos junto con el Ing. Eléctrico de Mongolia bajo la supervisión de un ingeniero de la planta por casi 6 semanas. Confeccionamos 2 tomos que resumen la principal información junto con una base de datos en formato digital para acelerar las búsquedas y registrar nuevas entradas. Cada día almorzábamos en el comedor de la empresa donde tuvimos la oportunidad de probar distintos platos griegos preparados por un chef de la isla. Tuve la posibilidad de participar en los trabajos de mantenimiento que anualmente se realizan sobre las Diesel Unit (Unidades de generación Diesel) con personal de electrónica y mi compañero de trabajo, lo que me permitió reforzar conocimientos y ampliar mi vocabulario de inglés técnico. Toda la gente de la empresa (y de Grecia en general) nos trató muy bien, nos ayudaron mucho en todo momento y nos abrieron incluso las puertas de sus hogares. El último día de trabajo me dieron una carta de presentación que considero muy importante para futuras búsquedas laborales, sacamos fotos y brindamos con una bebida típica de la isla, el Raki. Pude también recorrer lugares  del país como Delfos, los monasterios de Meteora y la isla de Mikonos en viajes organizados por la oficina de IAESTE Grecia. La experiencia IAESTE en general fue increíble tanto en lo personal y profesional. El intercambio cultural, en todo sentido, y la posibilidad de conocer la tecnología empleada en un país europeo son posibilidades únicas en las que agradezco haber podido participar.