“El conocimiento más relevante que se debe aprender es el criterio profesional”

UTecNoticias dialogó con el Ing. Civil Horacio Luna Dávila, un egresado de la Facultad en la Central Nuclear Atucha II

Desde 2005 el Ingeniero Civil Luna Dávila trabaja en la Central Nuclear Atucha II, en Lima (Zárate, Prov. de Buenos Aires). Forma parte del departamento de obra civil y su función, entre otras, es asistir técnicamente al jefe de división en todo lo atinente al seguimiento de la empresa contratista principal de obra.
Considera que “es una experiencia muy enriquecedora trabajar en CNAII, por la cantidad de profesionales nacionales e internacionales, las empresas y recursos involucrados; hoy por hoy es una de las obras de mayor relevancia en cuanto a inversión estratégica en el sector energético que se está llevando a cabo en Argentina. También porque me resulta interesante aprender de otras disciplinas que no son exclusivamente civiles, como obra eléctrica u obras de montajes especiales”.

¿Qué  conocimientos adquiridos en la carrera has podido aplicar en el trabajo?
Creo que utilicé gran parte de lo que aprendí. Obviamente, en una carrera de ingeniería con una carga horaria de 3800/4000 horas aproximadamente, lo que se puede aprender es determinante. Es por ello que cuando cursas una carrera de grado hay que prestar atención tanto a la teoría como a la práctica; todo es fundamental: cada clase, cada libro, cada dato. Si uno se esfuerza en estudiar con responsabilidad y comprender cada tema, sabe que en algún momento tiene la ocasión de aplicarlo.
Por ejemplo, algo que me sirvió de mucho y fue didáctico fue el carácter del plan de estudio propuesto por la UTN a través de las materias integradoras (Ingeniería civil I, Ingeniería civil II, Tecnología de la construcción, Diseño arquitectónico y planeamiento, Organización y conducción de obra y Proyecto integrador).
Digo que me ayudó bastante este planteo, porque es elemental aplicar los conceptos de otras materias antes de empezar un trabajo: te sirve de mucho saber calcular y resolver una estructura así también como conocer el cómo y para qué se va a construir o de qué forma se va a contratar la obra: todo esto entra en la ecuación final del éxito o fracaso.
Sin embargo, creo que el conocimiento más relevante a aprender es el criterio profesional, usar el sentido común para resolver los problemas, negociar, tomar decisiones, liderar un grupo, etc. Este se puede llegar a aprender previamente en las aulas, pero sin dudas se irá perfeccionando continuamente con la experiencia.  

¿Cuál es tu visión sobre el rol social que debe cumplir la Universidad?
Evidentemente, la razón de ser de la Universidad como institución es definir y establecer el marco adecuado para la generación y transmisión del conocimiento a las generaciones futuras.
Esto, traducido en menor escala es cumplir el rol básico de transformar un joven e inexperto estudiante en un ciudadano formado y útil para la sociedad, dotándolo de herramientas y conocimientos básicos para que pueda desempeñarse con éxito en un mercado laboral siempre cambiante, pudiendo ser luego un gran profesional en su ramo o un reconocido investigador científico, dependiendo de las oportunidades que este profesional se vaya generando y lo que individualmente quiera para su carrera. El egresado es, en síntesis, la mínima expresión de su Facultad.
Si la Universidad logra satisfacer su rol social, el individuo se realiza y la sociedad se beneficia a largo plazo; todo ello toma aún mas sentido si el sistema funciona con objetivos claros y con un proyecto de país que respalde la inversión que se está haciendo desde el Estado. De a poco y nada más que con mentes (con materia gris) se construye el país, yo creo que esto para una Universidad es el desafío más grande:, abrirle la cabeza al alumno”.

¿Cuál es tu apreciación sobre la UTN?
Es una institución como pocas y con características particulares que la hacen única.
No creo que haya algún tipo de institución en el mundo que se le asemeje ni por poco y nosotros la tenemos funcionando a pleno, cada día más grande.
Yo agradezco mucho a la UTN, durante mis épocas de estudiante tuve la oportunidad de formar parte de la organización del departamento de ingeniería civil como consejero alumno y, con los otros consejeros, concretar ideas, promover el cambio para mejorar y ampliar la visión imperante. Tuve la suerte de aprovechar esto y no ser un pasajero en tránsito más.
Con respecto a la situación actual de la FRBB, me identifico mucho con las políticas llevadas adelante con la gestión actual, siempre es bien visto el espacio que se genera para el debate y las ideas son bienvenidas. Estoy muy satisfecho de haber estudiado acá y no en otro lado.

«Deberíamos pensar a la Universidad como organismo de análisis y consulta permanente antes de impulsar un proyecto de ley o de sancionar un decreto o directamente para capacitar a los actores políticos y darles al menos un fundamento técnico que los respalde en sus convicciones o decisiones.»

¿Qué rol jugó la Universidad durante tu carrera profesional?
Sin dudas un papel fundamental. Desde el inicio, ya entrar en el ámbito universitario no es sencillo muchas veces por diversas razones. En la FRBB las clases son prácticamente personalizadas y el contacto con el docente es más directo. Se manejan grupos y clases de estudios más reducidas y la formación está orientada al aspecto profesional, esto responde bien al perfil del alumno que la concurre.
Todos sabemos que no es lo mismo estudiar mientras se trabaja que si no lo hicieras, porque es diferente el esfuerzo. Este sistema de la UTN valora el hecho de poder trabajar mientras se estudia.
Finalmente una vez egresado, es sabido que la Universidad abre puertas y caminos en el mercado laboral porque es muy prestigiosa, hecho que hoy a la distancia veo que me ayudó en la búsqueda de mi empleo.

¿Qué puede aportar HOY la Universidad en general, y la UTN-FRBB en particular, a la sociedad?
Considero que aporta un gran valor a la sociedad tener instituciones con reconocida  autoridad técnica y dominio amplio de temas de interés publico. Ejemplo de ello es nuestra Facultad, que reúne un universo de ingenieros que impactan considerablemente en la zona.
Pero a pesar de esto, entiendo que se podría aportar muchísimo más, la potencialidad de la UTN es enorme. Sólo hace falta vincular directamente con organismos privados o del estado, principalmente aquellos que toman decisiones (entes municipales, provinciales o nacionales).
Seria interesante que la UTN pueda impulsar propuestas que modifiquen la realidad en beneficio a la sociedad, que se estudien las problemáticas de su entorno más en detalle, solidarizar un espacio para el debate de ideas, la creación y difusión de conocimientos.
En esta línea de pensamiento, lo que podría concebirse sería aún más ambicioso: la Universidad como organismo de análisis y consulta permanente antes de impulsar un proyecto de ley o de sancionar un decreto, o directamente para capacitar a los actores políticos y darles al menos un fundamento técnico que los respalde en sus convicciones o decisiones.

Vista panorámicas de las instalaciones y obras hidráulicas en Central Nuclear Atucha II

¿Qué es la COMISION NACIONAL DE ENERGIA ATOMICA (CNEA)? Es un organismo estatal autárquico creado el 31 de mayo de 1950; su sede central está situada en Buenos Aires, donde reside la presidencia de la institución, la de sus órganos asesores y es el centro administrativo de gestión. Su misión principal es la investigación básica y aplicada y el desarrollo de actividades científico tecnológicas en el área nuclear, interrelacionando una amplia gama de disciplinas (ingeniería, física, química, medicina, geología, entre otras). La oferta tecnológica de CNEA para el país es altamente significativa.
Para dar sólo una idea, la dotación de personal actual es del orden de 1.800 agentes, ubicados en los distintos emplazamientos que posee. CNEA está dividida en tres Centros Atómicos: Bariloche, Constituyentes y Ezeiza.
Forman parte también el Complejo Tecnológico Pilcaniyeu y el Complejo Minero Fabril San Rafael. Los centros atómicos tienen a su cargo la tutela de cinco instituciones de formación de recursos humanos (Instituto Balseiro, Inst. Sábato, Inst. Dan Beninson, Fundación Escuela de Medicina Nuclear y Fundación Centro de Diagnóstico Nuclear).
CNEA también dispone de cuatro Delegaciones Regionales: Centro, Cuyo, Noroeste y Patagonia, las cuales tienen por misión efectuar la prospección y exploración de los recursos minerales de interés nuclear, en particular los uraníferos, en su área jurisdiccional respectiva.
Paralelamente, y entre sus vastas responsabilidades, la CNEA tiene a su cargo la asistencia técnica a todas las centrales nucleares argentinas, en particular con el Proyecto  Atucha II, el cual se encuentra actualmente en la fase de construcción.