Innovación al estilo italiano

De acuerdo con su política de formación y perfeccionamiento de recursos humanos, la Facultad Regional Bahía Blanca becó parcialmente a la Lic. María Susana Porris para realizar, durante 2006, sus estudios de posgrado. Estos consistieron en el desarrollo del Master en Ingeniería de la Innovación, dictado por la Universidad italiana de Bologna (UniBo).

La Lic. Porris se desempeña en la Dirección de Vinculación Tecnológica (DVT) de la Facultad, y es Ayudante en la cátedra Proyecto Final de la Licenciatura en Organización Industrial. Además del apoyo de la FRBB, fue importante el convenio que mantiene la UTN con la UniBo, ya que permite elevar el porcentaje de beca que los graduados tecnológicos recibirían de otra manera.  
Les contamos a continuación algunos de los aspectos más significativos de la experiencia realizada.

¿A qué apunta el Master en Ingeniería de la Innovación?

La maestría busca, como objetivo general, formar técnicos capaces de promover proyectos de transferencia tecnológica, de colaboración y de consultoría en la creación de empresas, con el objetivo de contribuir al desarrollo industrial de los países de América Latina. El establecimiento de lazos de cooperación sólidos y duraderos entre Italia y los países de donde provienen los participantes (en el caso de la cohorte 2006, Chile, Bolivia, Perú y Colombia, además, y principalmente, de Argentina) es así un elemento fundamental de la finalidad de la carrera. 

El master comprendió una etapa de 5 meses (marzo a julio) de clases presenciales dictadas en la  sede Buenos Aires de la UniBo, y otra fase de 3 meses (septiembre a diciembre) desarrollada en la propia ciudad de Bologna.
En la primera etapa se desarrollaron 16 módulos teóricos, 8 de enfoque tecnológico y 8 gestionales. Entre las tecnologías estudiadas se encuentran: Telecomunicaciones, Automatización industrial, Electricidad, Informática, Electrónica, etc. Por otra parte las materias relacionadas con gestión incluyeron: Economía y gestión de la innovación, Marketing, Recursos humanos, Control de gestión,  Economía internacional, entre otras.

Durante el primer mes de la segunda etapa el grupo de alumnos realizó visitas a distintas industrias y entes representativos de la región Emilia-Romagna, donde se encuentra la Universidad. A partir de octubre el recorrido formativo se personalizó, según los intereses de cada alumno, a través una pasantía o “stage” en una empresa o institución italiana.

La experiencia de trabajo

El stage se desarrolló, en el caso particular de la Lic. Porris, en un área de la “KTO” –Knowledge Transfer Office, Oficina de Transferencia del Conocimiento- dentro de la misma UniBo. Esta dependencia de la KTO, la “Intellectual Property Exploitation” (IPE) tiene como objetivo principal comercializar los resultados de la investigación desarrollada por los laboratorios y departamentos académicos. Estos resultados son en primer lugar protegidos mediante los distintos instrumentos de propiedad intelectual disponibles (principalmente patentes), para lo cual la KTO cuenta con otra área, la “Intellectual Property Protection”; posteriormente es misión de la IPE buscar empresas interesadas en adquirir estos derechos para explotarlos comercialmente. 
Los dos meses de trabajo desarrollados en este ámbito permitieron identificar diversos instrumentos y “buenas prácticas” útiles para la realidad relativa a la DVT, oficina de transferencia tecnológica de la Facultad.

La cultura institucional italiana

En cuanto a las visitas realizadas, uno de los aspectos que llama la atención es la cantidad de instituciones cuyo fin es el de asociar a otras varias entidades, siendo generadoras de redes que facilitan (haciéndolos circular más rápidamente) información y recursos necesarios para el crecimiento de las economías regionales en el contexto actual de la globalización. Es el caso por ejemplo de la CNA (Confederazione Nazionale dell’Artigianato e della Piccola e Media Impresa), la Confindustria (Confederación de la Industria, con 120.000 empresas asociadas), ASTER (Red de Alta Tecnología de la Emilia Romagna), entre otras. Cada una de éstas, si bien con objetivos totalmente diferentes entre ellas, tienen en común la asociatividad. Esto no es una sorpresa en la región donde ha tenido lugar por excelencia el surgimiento de las cooperativas italianas. Pero para un visitante argentino, teniendo en cuenta las dificultades existentes en su país a la hora de formar este tipo de sociedades, es un elemento a remarcar. Sobre todo por la importancia que le otorgan los diferentes niveles de la organización estatal a promover, sostener y fomentar a estos entes. Un estado ausente impide, por omisión, la concertación entre intereses privados que derivarían en objetivos de bien público.

Otro aspecto destacable es la fuerte presencia de la Región –como estructura administrativa (ver recuadro)- en las distintas actividades relacionadas con el desarrollo económico, social, cultural: ya se trate de ferias de sector, conferencias, etc., no falta el apoyo o la participación directa de esta instancia de gobierno. El rol de “agencia de desarrollo” está a cargo de ERVET (Emilia-Romagna Valorizzazione Economica del Territorio), una sociedad anónima constituida en su mayor parte por la Región, además de otras entidades públicas y privadas. El marketing territorial que lleva adelante ERVET es también un ejemplo de la fuerte proyección nacional e internacional que posee la Emilia Romagna.  

Entre las organizaciones visitadas, merece destacarse el caso de ASTER, ya que involucra los aspectos referidos anteriormente. Se trata de un consorcio que nuclea a la región Emilia Romagna, Universidades, institutos de investigación y empresas para desarrollar servicios y proyectos comunes de interés regional que promuevan la investigación industrial, la transferencia tecnológica y la innovación del tejido productivo de la región. Esta función la desempeña mediante la coordinación y soporte de la red regional de investigación industrial y transferencia tecnológica. De acuerdo con las fortalezas con que  cuenta la región, se han constituido ámbitos de trabajo relacionados con sectores clave como el de alta tecnología mecánica, agroalimentario, energía y desarrollo sustentable, entre otros.  

Innovación y transferencia

Por tratarse de una institución con funciones similares a las que desempeña la DVT,  subrayamos también el caso de DemoCenter, situado en Modena.  DemoCenter (DC) es un centro para la innovación y la transferencia tecnológica, el único de la provincia de Modena-Reggio Emilia: en su misión está ser interfase entre Universidades y empresas. Se creó en 1993, y cuenta con un capital de 1,2 millones de euro. Su foco principal está en el trabajo con las pequeñas y medianas empresas, que representan el corazón de la fuerza productiva de la región: el 94% de las empresas tienen menos de 10 empleados, y el 97% menos de 20.

DC está conformado por la Cámara de Comercio regional (participa en un 38% del capital social), asociaciones de emprendedores (7,7%), empresas privadas (7,4%), el municipio y la provincia de Módena (15,1% y 16,6% respectivamente), otros municipios, y las Universidades de Modena-Reggio Emilia (MoRE) y de Bologna, entre otros. Un ejemplo a seguir en cuanto al trabajo conjunto de los distintos actores sociales para el desarrollo socio-económico del territorio.

En comparación con las universidades, DC posee un enfoque más comercial y mayor cantidad de personal dedicado a la transferencia. No obstante, su integración con el sector de la educación superior es muy fuerte: como ejemplo, el rector de la universidad de MoRE es el presidente del comité científico-tecnológico de la entidad. DC trabaja para que los resultados de las universidades sean transferidos; además desarrollan formación especializada a nivel de posgrado.

La riqueza:  el capital social

Si uno se pregunta sobre las fuentes del importante desarrollo que muestra la región de la Emilia-Romagna, una de las respuestas posibles –no exhaustiva por supuesto- está conformada por la riqueza del capital social. Este está dado por las tradiciones (pasado agrícola fuerte, basado en principios de justicia económica y propiedad privada), la presencia de cooperativas y asociaciones, y las iniciativas de política local en un marco de fuerte intervención pública.
Importantes aspectos que quedan flotando e interpelando, como conclusión de la experiencia recogida en este recorrido por territorio italiano, son la necesidad de entes que coordinen diversas necesidades y capacidades para que ambas se integren en objetivos de crecimiento social. También la cantidad de recursos económicos sorprende (por contraste) y hace pensar sobre la importancia de generar y valorizar recursos humanos fundamentales para aprovechar al máximo los primeros.
La innovación en esta era de aceleración de los tiempos históricos tendrá menos que ver con los avances tecnológicos y más con la capacidad de las personas y sociedades de adaptarse a esos avances adecuándolos a sus necesidades concretas.

Italia está dividida administrativamente en 20 regiones, las cuales a su vez se dividen en provincias. En el caso de la Emilia Romagna, comprende las provincias de Bologna –con la ciudad del mismo nombre como capital de la región-, Piacenza, Parma, Reggio–Emilia, Modena, Ferrara, Forlì-Cesena, Rávena y Rímini. Está situada en el centro-norte del país.

La Universidad de Bologna es la más antigua del mundo occidental: fue fundada en el año 1088. Actualmente cuenta con aproximadamente 100.000 alumnos y 23 Facultades, que cubren buena parte de las disciplinas de estudio.
La región donde se sitúa la Universidad, Emilia-Romagna, es una de las más desarrolladas de Italia. Su PBI per cápita ocupa el 12º lugar a nivel europeo, precedido sólo por regiones de los países más avanzados de la Unión Europea.
En el ámbito productivo ha sido generadora de numerosos distritos industriales, dedicados a los sectores metalmecánico (fabricación de máquinas para packaging, máquinas agrícolas, ciclomotores), textil y calzado, cerámica, productos alimenticios, biomédico, entre otros.  La pequeña empresa constituye el núcleo de la economía regional: hay 1 empresa cada 10 habitantes.