Tecnologías consolidadas, de ruptura y trascendentes¿Un nuevo desafío para nuestra universidad?

 Las naciones altamente desarrolladas lo saben muy bien: las denominadas tecnologías trascendentes son los motores primarios del siglo XXI y de la “nueva economía”… y el reaseguro para la continuidad del orden mundial que estas potencias imponen. La UTN, desde su rol de liderazgo en la formación de jóvenes ingenieros, debe enfocar con especial énfasis la temática del título, con el objetivo de plantear soluciones  tecnológicamente innovadoras.

En el multitudinario y emotivo acto del 12 de diciembre pasado realizado en la Facultad Regional Avellaneda, en el cual la comunidad educativa de la universidad agradeció al Poder Ejecutivo el apoyo que el mismo viene brindando a través del Plan de Infraestructura Universitaria, el Ministro de Planificación Federal, Infraestructura y Servicios, Arq. Julio de Vido auguró para la UTN un futuro promisorio. Además manifestó su confianza de que desde sus claustros salgan muchas de las soluciones tecnológicas innovadoras que el país necesita de cara al 2020. Mencionó entre otras: una nueva matriz energética (usinas nucleares y a carbón), comunicaciones, obras viales, etc. En la oportunidad el Ministro alentó a defender el ideario de quien la concibiera allá por 1950: una universidad federal, popular y ligada a la producción.
Es altamente positivo que por primera vez desde entonces, un gobierno nacional manifieste abiertamente que el futuro del país pasa por las ingenierías, y en particular, por la UTN. Así, la universidad se ve reconocida, pero también adquiere un enorme compromiso a futuro. Más allá de las necesidades actuales que responden a tecnologías consolidadas, debe plantearse afianzar un rol de liderazgo también en innovación y desarrollo tecnológico para contribuir a que el país logre un cierto grado de independencia política y económica en la aldea global.

Nuevas oportunidades y desafíos

Para promover el debate sobre esta temática basta con citar sólo algunos conceptos extractados de los muchos y variados artículos que aparecen a diario en las revistas especializadas de los países desarrollados.
En un artículo reciente de la revista Deutschland, Rainer Stumpf sostiene que en Alemania más de 250.000 científicos, entre hombres y mujeres, trabajan creando el mundo del mañana en el país que ocupa el tercer lugar entre los que más investigan en el mundo, citando campos del conocimiento como la técnica láser, la nanotecnología, la tecnología médica, la biotecnología, la tecnología óptica y las energías renovables.
En otro artículo, el titular del Programa Mecánica y Materiales de la National Science Foundation (NSF – EE.UU.) Ken P. Chong sostiene que las tecnologías trascendentes incluyen nanotecnología, microelectrónica, tecnología de la información y biotecnología así como los materiales e infraestructura civil que los posibilitan y les brindan soporte. Según el autor, el abordaje de estas tecnologías brinda oportunidades de investigación, educación y desafíos en mecánica y materiales, incluyendo nanomecánica, nanotubos de carbono, biomimética (o materiales bioinspirados), películas cobertoras, materiales resistentes al fuego y también mejoras en ingeniería y diseño de materiales. Aquí se cita la apreciación de la Directora de la NSF quien en 2002 declaró que la tecnología en nanoescalas tendrá un impacto igual al de la Revolución Industrial.
Algunas aplicaciones tecnológicas recientes -ver Innovar o Perecer, UTec N° 20, 2005- de las ciencias “biónicas” (palabra formada por biología y técnica), las constituyen desde la pintura que reproduce características antifricción de la piel del tiburón probada en el Airbus A340, hasta las estructuras retráctiles que trabajan imitando las patas de las ranas, pasando por la manipulación de flujo de luz con cristales fotónicos. Esta, se sabe ahora, ha sido explotada por la naturaleza por más de 50 millones de años en la superficie de muchos gorgojos coloreados, tal como lo señala un reciente artículo de P. Vukusic, de la Universidad de Exeter (UK).

Explicando los cambios

Hacia finales del 2001, en la Escuela de Negocios de Harvard (EE.UU) nacía el modelo de las tecnologías de ruptura, el cual aborda el “dilema del innovador”, fenómeno por el cual algunas empresas tecnológicas admiradas y exitosas durante años, colapsan repentinamente. Allí se define a la tecnología de ruptura como aquella cuya perfomance inicialmente se encuentra por debajo de la tecnología consolidada, pero que típicamente ofrece más flexibilidad, conveniencia, o menor precio. Este tipo de tecnologías puede servir para crear nuevos mercados, encontrando aplicaciones simples para ir luego mejorando gradualmente. Un ejemplo típico lo constituye el transistor respecto de los tubos de vacío, ya que no pudo imponerse a principios de los años ‘50 debido a que no podía utilizar las potencias que se utilizaban en el mercado existente en ese entonces, siendo percibido por los fabricantes de tubos como una deficiencia en lugar de una oportunidad, no suficientemente bueno para ser usado en “su” mercado. Pero los transistores se impusieron luego en un mercado completamente nuevo.
En 2003, la Directora del Programa en Ciencia, Tecnología y Sociedad del MIT (Massachussets Institute of Technology, EE.UU) anunció que la ingeniería estaba pasando por una crisis de identidad, y proponía replantear la educación para “la profesión conocida hasta entonces como ingeniería”, ya que -aseguraba- la convergencia de la educación tecnológica y humanística era una tendencia profunda, de largo plazo e irreversible, para concluir en que los estudiantes necesitan estar preparados para vivir en un mundo donde los eventos tecnológicos, científicos, humanísticos y sociales están entremezclados.
Chong propone que para hacer investigación competitiva en áreas de las nanotecnologías, los ingenieros  deberían ser entrenados en escalas micrométricas e inferiores, con el objeto de lograr la integración de la mecánica cuántica (10-12 m) y la dinámica molecular (10-9 m), con la elasticidad, plasticidad, dislocación, etc (10-6 m), la mecánica de materiales (10-3 m) y la mecánica estructural (10-0 m).

Para continuar la reflexión…

Lo que los párrafos precedentes nos dejan como conclusión, es que los descubrimientos científicos y tecnológicos que motorizan la frontera del conocimiento ya no son más de carácter inter o multidisciplinarios, concepto que implicaba que eran generados en campos disciplinares específicos y luego integrados mediante equipos de trabajo de múltiples disciplinas. Por el contrario, son de naturaleza transdiciplinaria, y también “transescala”, que ya no pertenecen a ninguna disciplina particular.
A la luz de lo anterior, cabe que los integrantes de la comunidad universitaria tecnológica nos cuestionemos si la institución deberá seguir abocada con exclusividad a los problemas interdisciplinarios de macroescala (civiles, industriales, eléctricos, etc) o se implicará en los  transdisciplinarios de nanoescala. Un camino compatible para ambos podría ser mantener el grado en la macro y orientar gran parte del posgrado y la investigación y desarrollo hacia la nano.
Más allá de su aceptada experticia sobre las tecnologías consolidadas, si la UTN se plantea la posibilidad de contribuir a las tecnologías de ruptura y las trascendentes en el país, debe comenzar por promover una alianza estratégica con el gobierno a semejanza de la que está en curso para recuperar su infraestructura edilicia luego de muchos años de desinversión. Así, las ingentes inversiones que requiere la formación del recurso humano, el equipamiento y el sostenimiento de los equipos conformados a largo plazo, podrían contar con una fuente de financiación basada en un plan estratégico de la universidad y una política de estado en ciencia, tecnología e innovación para el país, impulsada desde el Gobierno Nacional.

Dr. Ing. Liberto Ercoli

Decano
Profesor Titular de Mecánica Racional – Departamento Ingeniería Mecánica