El Futuro del Trabajo: Entre la Aptitud y la Actitud
El análisis de estudios recientes sobre el presente y futuro de la empleabilidad global suele provocar en el lector angustia y desolación, ya que muestran cifras crecientes de personas que se ven afectadas por el desempleo a escala mundial”
El diagnóstico es conocido, pero no por ello menos preocupante: un estudio reciente de la OIT [1] señala que el desempleo global afecta actualmente a 200 millones de personas y que el mundo se enfrenta al desafío urgente de crear 600 millones de empleos productivos durante la próxima década a fin de generar un crecimiento sostenible y mantener la cohesión social. Es más, hay que crear trabajo decente para los cerca de 900 millones de trabajadores que conviven con sus familias por debajo de la línea de pobreza de dos dólares al día.
Para peor, en lo que se considera una nueva etapa del capitalismo, la industria que remonta la crisis crece, pero no crea empleo, y en el mediano y largo plazo tiende a disminuirlo cada vez más. En EEUU en 1979, la fuerza de trabajo industrial estaba constituida por 19,4 millones de operarios y ahora se ha reducido a 11,5 millones (-41%). La industria manufacturera norteamericana creó 4.000 puestos de trabajo en enero de este año, y desde julio de 2012 el saldo neto ha sido nulo.
La misma OIT sostiene que la población más joven es la más golpeada. Según [2], 74 millones de jóvenes entre 15 y 24 años se encontraban desocupados en 2011, un incremento de más de 4 millones desde 2007. Así, los jóvenes tienen casi el triple de probabilidades que los adultos de estar desempleados. Las cifras son devastadoras: la desocupación de jóvenes de menos de 25 años va desde un 65% en el sur de España o Grecia hasta apenas un 7,5% en Alemania. Una estimación para 2017 arroja cifras crecientes.
Lo extraño es que se ha planteado una paradoja: en medio de la situación descripta, las empresas necesitan empleados con determinadas competencias y habilidades críticas que los jóvenes que buscan empleos en general no poseen. En [3] este fenómeno es descripto como “la crisis gemela de escasez de trabajo y escasez de competencias”. Es decir, falta de aptitud para los empleos disponibles.
Es así que las naciones buscan desarrollar programas de formación [4] que preparen “realmente” a los jóvenes para los cada vez más escasos empleos ofrecidos. Un cabal ejemplo de estos programas es el “Buen Trabajo”, que la Facultad realiza en el Centro de Certificación de Competencias y Formación Profesional (C4P) que posee en el interior del Parque Industrial de la ciudad. Allí, con el auspicio de grandes empresas del Polo Petroquímico local, se forma a jóvenes desempleados en oficios a demanda de las mismas, tales como soldadura, andamista, instrumentista, encofrador, operador de elevadores, operador de máquinas viales y otros; 764 han recibido capacitación en seis años.
Sin embargo, es necesario señalar que esta crisis del empleo, presente y futura, es de carácter complejo y por lo tanto multicasual. No sólo se debe a la menor creación de empleo y a la falta de aptitud, sino también –entre otras causas- a una falta de actitud, originada en una cultura imperante que ha puesto en desuso el valor del esfuerzo, del trabajo y las obligaciones. Podría uno entrar en el análisis de las causas raíces de este problema, pero en aras a la brevedad mencionaré sólo algunas: padres inmaduros “amigos” de sus hijos, falta de límites y exigencias, decadencia de la educación primaria y secundaria, consumismo exacerbado, medios masivos pasatistas, materialismo, niveles de corrupción política y económica desmotivadores, etc.
Sin dudas la variable de mayor impacto para revertir las consecuencias de semejante crisis es la educación. Sin embargo, en el mundo alrededor de 67 millones de niños no tienen acceso a la educación primaria y otros 72 millones de niños abandonan el secundario. En el último Foro Global de Educación y Competencias [5] se concluyó en que “la educación debe ser vista como el tema más importante globalmente, debido al papel que puede desempeñar en el alivio de algunos de los desafíos más importantes del mundo”, proyectándose que para el año 2050 el 86% de los niños del mundo vivirán en los que ahora son países en desarrollo.
¿Y cuáles son entonces algunas de las especialidades que aumentarán las probabilidades de hallar trabajo en el futuro?
En primer lugar, comenzar hoy con la formación que será necesaria mayoritariamente a 10 o 20 años vista. En [6] se anuncia la inminente instalación de la “tercera revolución industrial”, de la mano de internet y las energías renovables: una sociedad en la que los consumidores de energía serán a la vez productores de la misma, la cual se distribuirá a través de redes inteligentes, cambiando de un paradigma vertical-autoritario a uno horizontal-colaborativo, incluyendo la educación. Afirma el autor que las implicancias de cara al trabajo humano (en todas sus categorías) son asombrosas: “De igual manera que la era industrial puso fin a la mano de obra esclava, es muy probable que la era colaborativa termine con la mano de obra esclava, es muy probable que la era colaborativa termine con la mano de obra asalariada masiva. Si los Siglos XIX y XX se caracterizaron por la maquinaria manejada por masas de operarios, el Siglo XXI se caracteriza por plantillas formadas por personal especializado y profesional, amén de tecnológicamente capacitado, que se dedica a programar y supervisar sistemas de tecnología inteligente. Todo esto hace que nos preguntemos cómo vamos a mantener a cientos de millones de personas empleadas a medida que avance el siglo”.
En segundo lugar, deberán desarrollarse competencias de emprendedorismo en todas las etapas de la educación, especialmente universitaria, pasando del paradigma del graduado presentador de currículos a la del generador de empleos y oportunidades. En concordancia con ello, la Facultad ha implementado desde 2011 una asignatura electiva que intenta cultivar las habilidades emprendedoras de sus alumnos.Los grandes desafíos de la humanidad [7] requerirán trabajadores que aborden problemáticas tales como: energía, alimentación, agua potable, salud, medio ambiente, educación, seguridad, comunicaciones, logística, transporte, prevención de catástrofes, infraestructura y servicios en las megaciudades y gigalópolis, entre otras.En este contexto, las instituciones educativas están obligadas a revisar tanto sus ofertas como sus metodologías de enseñanza, para no defraudar a quienes busquen su elevación a través del estudio.Sin dudas, el campo de las ciencias y tecnologías, y en especial los tecnólogos e ingenieros, tendrán una gran participación en el mundo laboral del futuro. Por ello la Facultad, es, y continuará siéndolo, una opción muy pertinente para la formación de los jóvenes que, con aptitud y actitud, deseen capacitarse para ocupar las posiciones laborales a medida que avance el siglo XXI. |
Dr. Liberto ERCOLI
Decano UTN FRBB
Las cifras son desvastadoras:
la desocupacion de jovenes de menos de 25 años va desde un 65% en el sur de España o Grecia hasta apenas un 7,5% en Alemania.
Una estimacion para 2017 ofrece
cifras crecientes.
Referencias
- Global Employment Trends 2012: Preventing a deeper jobs crisis. Organización Internacional del Trabajo. http://www.ilo.org/global/research/global-reports/global-employment-trends/WCMS_171571/lang–en/index.htm
- Global Employment Trends 2013, Recovering from a second jobs dip. Organización Internacional del Trabajo. http://www.ilo.org/global/research/global-reports/global-employment-trends/2013/lang–en/index.htm
- Education to Employment – Designing a system that works. McKinsey center for Government. 2012. http://mckinseyonsociety.com/education-to-employment/report
- Education for Life and Work: Developing Transferable, Knowledge and Skills in the 21st Century. The National Academies Press. http://www.nap.edu/catalog.php?record_id=13398
- Global Education and Skills Forum, Dubai, 2013.
- La Tercera Revolución Industrial. J. Rifkin. Editorial Paidós. 2011.
- Grand challenges for engineering. National Academy of Engineering. 2010 http://www.engineeringchallenges.org/