Perspectivas de la pesca artesanal en la ría local

El presente artículo es un extracto del trabajo de los alumnos Alejandro Gertiser y Gustavo Russo para la cátedra de Industrias Regionales, de la Licenciatura en Organización Industrial.

La actividad pesquera suele dividirse en dos segmentos diferenciados: a) la pesca artesanal, realizada a una distancia máxima de 12 millas de la costa, con técnicas de extracción sencillas, intervención directa de los pescadores y en embarcaciones pequeñas y b) la pesca de altura, que emplea buques de mayor tamaño (arrastre, palangre, potero, etc.). Ambos estratos además operan en ámbitos diferentes del espacio marítimo.

En la región, si bien se registra un desarrollo incipiente de la pesca de altura desde mediados de los ’70 hasta fines de los ’80, la pesca artesanal ha caracterizado a la actividad, en términos del número de vinculaciones con la economía local y, sobre todo, de permanencia temporal.

1. Eslabón primario

En el puerto de Ingeniero White la pesca artesanal tuvo sus inicios a principios del siglo pasado, a partir de la llegada de inmigrantes que diseñaron los sistemas de captura (redes de fondeo) utilizados hasta la actualidad. A pesar de ciertos avances tecnológicos respecto de los materiales empleados en las embarcaciones, el sector de pesca artesanal local evidencia aún un bajo nivel de tecnificación, suplementado por una relativamente elevada utilización de mano de obra.

Según los registros de la Subsecretaría Provincial de Pesca, en la ría local operan 128 embarcaciones (97 de las cuales se localizan en Ingeniero White). Si bien este tipo de embarcaciones puede explotar el recurso hasta las 12 millas, el permiso que extiende la Prefectura Naval Argentina determina la distancia máxima efectiva que puede alcanzar la embarcación en función de sus características, materiales y estado general. Actualmente ninguna de las lanchas que operan en la ría local puede llegar a la frontera permitida.

Composición de la flota según tamaño

 Ing White
%
P. Rosales
%
Total
cant.
Más de 12 m881216
Entre 7 y 12 m762446
Menos de 7 m722864
s/d10002

Fuente: elaboración propia según datos de la SPP.

Según las cifras del cuadro anterior, las embarcaciones de este segmento son muy pequeñas; el 50 por ciento son canoas (motor fuera de borda) y aún entre las que poseen motorización interna, una porción mayoritaria no supera los 10 metros de eslora. Esto explica, en parte, por qué la mayor parte de las explotaciones deben confinarse a las aguas interiores de la ría, presionando aún más sobre una cantidad de recurso limitada. Otro de los factores que limita la extensión de la zona de pesca es la edad promedio de las embarcaciones, que supera en casi todos los casos, el cuarto de siglo. Estos elementos explican también los bajos volúmenes capturados por embarcación y las características de subsistencia que adquiere la actividad.

Las embarcaciones que operan en la ría no poseen bodegas refrigeradas, lo cual pone un límite al tiempo que pueden permanecer fuera del puerto sin comprometer el estado de la captura.

Las principales especies capturadas en la ría local son camarones y langostinos, con alto valor comercial (1). Sin embargo, la limitación reside en la irregular disponibilidad del recurso; se suceden ciclos de 3 o 4 años de abundancia y, por ende, de elevados niveles de captura y períodos de escasez (véase gráfico 2).

En estos períodos los bajos niveles de captura de estas especies suelen ser compensados con otras especies de menor valor comercial (pescadilla, pejerrey, corvina, gatuzo, etc.). Sin embargo, la escasez y las consecuentes vedas sobre la captura de merluza experimentadas en la ría de Mar del Plata han favorecido que muchas embarcaciones de dicha procedencia comenzaran a explotar recursos de la ría local. Así, se observa que el esfuerzo pesquero realizado aguas afuera de la ría disminuye notablemente los volúmenes disponibles para las embarcaciones costeras, que no alcanzan a compensar la pérdida de rentabilidad derivada de la escasez temporal de mariscos.

Por ende, la rentabilidad de las embarcaciones locales depende casi exclusivamente de la captura de camarón y langostino, con una marcada variabilidad temporal. El deterioro paulatino de los ingresos del sector ha afectado, a su vez, las tareas de mantenimiento de las embarcaciones y la renovación de las artes de pesca, generando un círculo vicioso de baja rentabilidad y baja inversión.

Se estima que, en períodos de captura, la actividad emplea a 386 tripulantes (incluidos patrones)(2). De ellos, la mayoría pertenecen a las embarcaciones mayores a 7 metros (con motorización interna). Naturalmente, con la disminución paulatina de los niveles de captura experimentados por el sector, los ingresos de los tripulantes han caído notablemente, impactando sobre las condiciones de vida de sus familias.

2. Fase de procesamiento

Actualmente operan en Ingeniero White cinco plantas que adquieren y procesan la captura de las embarcaciones costeras locales. Los dos establecimientos de mayor tamaño concentran más del 80 por ciento de la producción y emplean a unas 100 personas en las operaciones de pelado, congelado y envasado de camarón y langostino y fileteado del resto de las especies. Ambos establecimientos cuentan con túneles de congelamiento rápido y cámaras de conservación.

El resto son plantas puestas en funcionamiento recientemente (a principios de 2001) y poseen un menor nivel de tecnificación.

La caída de los volúmenes de captura ha impactado sobre la utilización de la capacidad instalada de las plantas comprometiendo la eficiencia con que operan las plantas.

3. Perspectivas de expansión y consolidación del sector

Uno de los obstáculos históricos que ha enfrentado esta actividad en la región ha sido la comercialización debido a las precarias condiciones de conservación de la captura desde el momento de la extracción hasta su llegada al puerto. En algunas ocasiones la captura de las embarcaciones costeras ha debido ser desechada a su desembarco debido a la falta de compradores y a la imposibilidad de acopiar la captura por falta de infraestructura de frío.

Más recientemente, se ha evidenciado otro elemento que compromete las posibilidades de crecimiento del sector, vinculado a la sobreexplotación del recurso que ejercen embarcaciones de altura provenientes de otras cuencas, en búsqueda de mayores volúmenes. En efecto, la depredación de la merluza en la costa marplatense ha impulsado a las firmas pesqueras a avanzar más cerca de la costa y hacia otras rías, presionando sobre las zonas de reproducción y desove, compitiendo así con la flota costera por el recurso.

La recuperación de la actividad depende, entonces, de a) una reconversión de las embarcaciones costeras que permita aumentar el radio de capturas, alternativamente b) la realización de inversiones en equipamiento de frío en la infraestructura portuaria que permita a la flota costera almacenar la captura en períodos de menor nivel de actividad (3) y c) una regulación del sector por parte de las autoridades provinciales y nacionales con zonas y cupos de captura por especie orientada a otorgar mayor sustentabilidad de largo plazo al sector.

COORDINACIÓN: MG VALENTINA VIEGO
vviego@frbb.utn.edu.ar

Fuentes de información
CREEBBA, Indicadores de Actividad Económica, números 51, 56 y 57.
Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación (SAGPyA).

(1) Debido a la vulnerabilidad de los mariscos y a la ausencia de bodegas refrigeradas, estas especies suelen ser cocidas a bordo, a fin de asegurar la conservación hasta el arribo al puerto. (Volver)

(2) Los datos consignados corresponden únicamente a Ingeniero White, no se dispone de información relativa a mano de obra empleada para las embarcaciones que operan en Puerto Rosales. (Volver)

(3) Un estudio del CREEBBA ha estimado que con una inversión de $400 mil podría recuperarse la infraestructura de frío emplazada en el puerto de Ingeniero White, permitiendo la conservación de la captura de las embarcaciones costeras locales. Esto, a su vez, aumentaría el nivel de ocupación involucrado en actividades conexas (estiba, administración, etc.). Sin embargo, con el nivel de capturas actuales la recuperación de dichas instalaciones no haría más que aumentar la capacidad ociosa ya existente en las plantas privadas. Se entiende entonces que la inversión debería ir acompañada de un reacondicionamiento de las naves que permita extender su radio de operación y el incremento de la disponibilidad del recurso. (Volver)