Intradisciplina: un caso paradigmático
Aprovechando su concurrencia al Congreso Médico Interdisciplinario de Bahía Blanca en representación de nuestra Casa, entrevistamos al Dr. Ricardo Armentano, docente investigador de la Facultad Regional Buenos Aires (FRBA) de la UTN y de la Universidad Favaloro.
Caso poco frecuente de formación intradisciplinar, Armentano es Ingeniero Electrónico de la FRBA, y realizó dos doctorados: uno en Fisiología en la Universidad de Buenos Aires, y otro en Física (orientación Biomecánica) en la Universidad francesa París VII. No es difícil imaginar entonces que posee un currículum por demás nutrido, incluyendo numerosos premios, publicaciones científicas y presentaciones en congresos. Utec: ¿Cómo realizó este intenso camino de formación?RA: Yo comencé mis estudios de ingeniero en la regional Buenos Aires, y terminé mi carrera en 1984. En ese momento estaba orientado a la ingeniería pero había buscado algo cercano a la medicina, y no encontraba nada que uniera esos dos conceptos. Por aquellos años, surge una serie de becas y una era para trabajar en la Fundación Favaloro, donde pude ingresar como becario de ingeniería financiado por la UTN. En 1984 ya pasé a integrar el staff de investigación. Justo ahí, yo trabajaba en la Facultad en la cátedra de electromagnetismo, entonces me pidieron que modele líneas de transmisión, porque eran lo más parecido a la aorta. De modo que me puse a trabajar con las mismas ecuaciones de telegrafía que usábamos en la Facultad, y como tuve algunas ideas que fueron buenas ya en el ‘85 me llevaron a Francia por la Favaloro. La idea era realizar el Doctorado en un laboratorio de Biorreología, que es todo lo referente al movimiento de fluidos, aplicado a los seres vivos. Allí trabajé durante uno o dos años con “idas y vueltas” y después pasamos a modelos de simulación, que es un poco mi formación, en una unidad de biomatemática también en París. Ahí comencé prácticamente mi primer doctorado, que en el año ‘88 quedó trunco. ¿Y qué pasó entonces?Como consecuencia de esto, en el ‘89 tomé la decisión de hacerlo en el país y como no existía en ese momento esto de la bioingeniería, éramos ingenieros en territorios cercanos a la medicina. Hay un gran maestro en Biomedicina en la Argentina que es el doctor Máximo Valentinuzzi, y gracias a su apoyo me presenté en la Facultad de Medicina de la UBA para ser el primer ingeniero, al menos de la UTN, en hacer el Doctorado en Fisiología. Una vez finalizado, no terminó ahí, porque yo ya había empezado en Francia, entonces volví a ver a mis antiguos colegas, a mis directores y me ofrecieron hacer otro doctorado allá, en Física con orientación Biomecánica, en París VII. Entonces hice ese segundo doctorado, que terminé en el ‘99. De ahí proviene esta formación que es la Física por un lado con la parte de Biomecánica, la parte de Fisiología pura, y la formación de Ingeniero Electrónico.
¿Le resultó difícil comprender los conceptos de biología, con una formación ingenieril como base?Hay una cosa que poca gente sabe, y es que los fisiólogos son a los médicos, lo que los físicos son a los ingenieros. El formalista del conocimiento básico de los médicos es el fisiólogo. Y sí, hay que estudiar bastante, hay que ponerse al tanto de cómo funciona el ser vivo, la célula, etc. De hecho yo doy Fisiología ahora, soy titular en Uruguay, en la Facultad de Medicina de Fisiología Cardiovascular. Lo que nosotros hacemos se llama fisiología cuantitativa, que es darle fisiología a los ingenieros pero con las fórmulas incorporadas. Por ejemplo, se dan líneas de transmisión del pulso, en venas o arterias y se habla de ecuaciones de una línea de transmisión, de la Ley de Hooke, de propiedades elásticas de la pared, etc. Es muy cartesiana la fisiología.¿En qué están centradas sus investigaciones, hoy en día?Trabajo mediante el desarrollo de estas tres “patas”: una electrónica, una fisiológica y una biomecánica. En lo electrónico lo que nosotros estamos haciendo es desarrollar equipos, en el ámbito del grupo de investigación en Bioingeniería que tenemos en la FRBA. Allí trabajan médicos, ingenieros electrónicos y mecánicos, y lo que tratamos de hacer es desarrollar sensores y equipamientos, como por ejemplo medidores de campo de velocidad. En la Universidad Favaloro tenemos la parte de fisiología cardiovascular aplicada a lo que se hace en el hospital universitario de Favaloro, por ejemplo diagnóstico por imágenes y lo relacionado con lo clínico. Por último, en Uruguay estamos estudiando a alumnos y aplicamos muchas de las técnicas que se desarrollan en la FRBA; así tenemos lo básico, lo clínico y lo aplicado.