La clave: La capacidad de desaprender para reaprender

La Lic. Susana de la Iglesia plantea la necesidad de cuestionarse las maneras tradicionales de hacer, como clave para insertarse de manera efectiva en los tiempos que corren.

“Las interpretaciones que cada persona tiene sobre su quehacer, condicionan sus posibilidades de acción”.
Las creencias acerca de cómo nos interpretamos nosotros y a los demás, las aprendimos cada uno en su casa, en su barrio, en su colegio, etc. Cuando vivíamos en comunidades pequeñas que prácticamente no tenían comunicación con el exterior, todos compartíamos interpretaciones más o menos similares ya que nuestro aprendizaje de cómo se hacían las cosas era bastante parecido.
Como señalaba Marshal Mc. Luhan, hoy la comunidad es el mundo entero o una aldea global de la cual todos formamos parte, la afectamos y nos afecta.
Esa manera de pensar, sentir y hacer moldeadas en una escuela donde el profesor nos daba información y nosotros recibíamos pasivamente, nos preparó para una vida “predecible” donde la incertidumbre no tenía un sitio para abordarla.

¡Qué difícil es aprender algo nuevo, cuando pretendemos hacer las cosas solos, perfectas y en la primera vez! ¡Qué difícil es aprender algo nuevo, cuando no damos (o no nos damos) permiso para equivocarnos! ¡Qué difícil es aprender algo nuevo, cuando pretendemos saber todo! Y… qué difícil se hace vivir en este tiempo de cambios, con esta dificultad para aprender.

Un gran problema declamado por los líderes hoy, es justamente, que no pueden identificar cuáles son sus problemas principales frente a la cantidad de estímulos nuevos que reciben a cada instante y sobre los que necesitan dar respuesta…..respuestas que pretenden dar al instante e inequívocamente, dejando que se repitan  viejas respuestas para nuevos problemas.
Antes de preguntarnos ¿cómo se hace?, poder preguntarnos ¿quién estoy/estamos siendo? ¿Qué estoy/estamos viendo? ¿Qué es lo que NO estoy/estamos viendo?
Revisar nuestras maneras de pensar y las interpretaciones automáticas que nos surgen para comprender una situación, podría ser el primer paso. Transformar las maneras de observar lo que parece siempre el mismo problema, y de escuchar “lo que no se dice”, lo que implica desarrollar nuevas capacidades de acción necesarias para el logro de resultados: “desaprender para volver a aprender”:

  1. Aprender es mucho más que obtener información
  2. Aprender tiene que ver con una capacidad de acción diferente
  3. Aprender es poder obtener resultados que antes estaban fuera de nuestro alcance

La dificultad corriente de los líderes de poder focalizar en las cuestiones importantes suele ser consecuencia de “la urgencia que los atrapa…. “
De este modo inhiben automáticamente la posibilidad de expandir sus capacidades de acción, las de la gente que tienen a cargo y/o la de sus pares.
La formación como líderes empresarios requiere también de una transformación de las maneras de “emocionar”, de pararse en el mundo y frente a otros y lógicamente de una profunda revisión de quienes somos y de lo que queremos hacer en la vida.
De hecho las emociones y la corporalidad han sido las grandes ausentes de la educación tradicional que la mayoría de nosotros hemos recibido.
Si usted es capaz hoy día de cuestionar sus maneras tradicionales de hacer, y de entender la importancia de considerar al aprendizaje como materia de aprendizaje (“aprender a aprender”), estará teniendo en sus manos la clave que le permitirá insertarse de manera efectiva en los tiempos que corren.
 
En este contexto podemos (¿debemos?) comenzar a resignificar los patrones de pensamientos o paradigmas que dan forma a nuestros actos. Este es un desafío que no puede atemorizar a líderes dispuestos a modificar la realidad que puede paralizar sus proyectos, en una actitud de genuino aprendizaje continuo.

Lic. Susana de la Iglesia
Psicóloga
Consultora de “Jolias y Asociados”