De cara al Bicentenario: reflexiones desde la Universidad
Algunos hombres ven las cosas como son y se preguntan ¿por qué? Otros sueñan cosas que nunca antes han existido y se preguntan ¿por qué no? George Bernard Shaw, Premio Nobel de Literatura. (1925).
El 25 de mayo de 2010, la República Argentina se apresta a celebrar el ducentésimo aniversario desde la Revolución de Mayo. El país necesita hoy más que nunca, que sus ciudadanos aprovechen la ocasión para reflexionar sobre el pasado y que comiencen a pensar en el futuro que viene.
El 2010 es una oportunidad para planificar, desde el lugar en que estemos, el trabajo a desarrollar mancomunadamente para alcanzar las metas y los objetivos aún postergados. El Decano de la Facultad, Dr. Ing. Liberto Ercoli, nos brinda su opinión en este sentido, y expone sus pensamientos y sueños de una Facultad en relación con la ciudad y su Región, al mismo tiempo que invita al resto de los actores de la comunidad a delinear y forjar juntos los desafíos del siglo XXI.
Vínculos con la ciudad, la región y el mundo
“Hacia finales del presente año me imagino a la ciudad saliendo de la crisis hídrica con soluciones de carácter permanente y con otras importantes decisiones tomadas en base a estudio y planeamiento, como podría ser el real aprovechamiento de tierras conocidas como “vacíos urbanos”, en las cuales nuestra Facultad tiene centradas las esperanzas de recibir tierras para comenzar con su campus y que podría coadyuvar al definitivo perfil bahiense como ciudad universitaria. También imagino en marcha ciertos proyectos importantes propuestos por la Facultad al Municipio, tales como la parquización del arroyo entre Av. P. Cabrera y Florida que le daría a Bahía una zona de recreación fantástica; la socialización del litoral marítimo y la rehabilitación del balneario municipal cercano al mar, entre otros.
En el mediano-largo plazo, me gustaría ver realizados importantes proyectos como la zona franca en pleno funcionamiento y la consolidación de Bahía como nodo importante de logística; la conexión al Pacífico; la sustanciación de un polo tecnológico incubándose en las universidades, etc.
Imágenes deseadas
Siempre consideré que los bahienses tenemos la misión de ser motores del desarrollo regional, a través de su puerto de aguas profundas y de sus universidades, pero también articulando la cultura y la producción de sus empresas más allá de los límites urbanos. Pienso que Punta Alta, por ejemplo, debería estar mucho más cerca de nosotros en esta empresa, aportando sus potencialidades y generando sinergia.
Para esto, me imagino a los líderes políticos y empresariales valorando adecuadamente la realidad de tener en la ciudad dos universidades de primerísimo nivel, y por lo tanto desarrollando una creciente cantidad de proyectos con sus docentes e investigadores.
En lo cotidiano, me parece muy importante mejorar en forma continua el sistema de monitoreo ambiental; poner a funcionar la planta para el tratamiento de desechos cloacales; acelerar el plan de obras para servicios básicos, como cloacas y asfalto; la reparación de pérdidas en la red domiciliaria de agua; acentuar las acciones para tener una ciudad más ordenada y limpia, construir más bicisendas pero por las que no circulen peatones, y un largo etcétera”.
Nuestra sociedad demanda mejoras en la calidad de vida y un nivel de progreso que permitan la movilidad social ascendente de sus integrantes. Para esto es indispensable el desarrollo de las Universidades, no solamente como centros académicos de formación, sino como actores principales en la transformación de la vida cotidiana de las personas del medio que las rodea y como uno de los vértices fundamentales en el triángulo de cooperación con el estado y las empresas.
Necesitamos una comunidad involucrada en cuestiones como el definitivo desarrollo económico y social, el respeto por la institucionalidad o el saldo de deudas pendientes como la erradicación de la pobreza. Todos estos desafíos requieren de una nueva visión y el bicentenario de la patria puede ser una excelente plataforma para lanzarla.