Ingeniería que trasciende

UtecNoticias entrevistó al Ing. José Luis Piña, titular del estudio de ingeniería que lleva su nombre, quien recientemente suscribió un convenio de cooperación con la Facultad, si bien ya viene trabajando en temas de su especialidad en forma conjunta con el Grupo Análisis de Sistemas Mecánicos de la Facultad (GASM) desde hace seis años.

Utec: ¿Cuándo se creó Estudio Piña?

JLP: El Estudio nació como tal en agosto de 1995, aunque yo estoy dedicado al tema de Asistencia Técnica en Transmisiones Mecánicas desde julio de 1975. Egresé de la Facultad de Ingeniería de la UBA en el año 1974, como parte de la primera camada de Ingenieros Mecánicos de la UBA.

Mi primera experiencia laboral fue una práctica rentada en Ford Motor en la planta de Pacheco en el `73. En el `74 empecé a trabajar en Hidráulica Mileto, empresa argentino-uruguaya que se dedicaba a la prefabricación y montaje de equipos para tratamiento de aguas potables y negras, y de equipos de procesos. En julio de 1975 creamos en Buenos Aires una empresa que se llamó Disemec S.A,, adherida al grupo Tecnon Argentina (fabricante de reductores de velocidad y acoplamientos, que ya no existe en el mercado), con el objetivo de atender todas las consultas de distintos clientes que recibía fábrica en cuanto al diagnóstico en trasmisiones basadas en engranajes, pericias técnicas de avería, rediseños de equipos y, también, para el desarrollo de equipos especiales que requería la empresa madre. Esa actividad duró hasta fines del ’80 cuando por razones familiares decidimos venir a radicarnos en Bahía Blanca.

Con un colega, con el que habíamos estudiado juntos en la Facultad de la UBA en Buenos Aires y que había trabajado conmigo en los dos últimos años de Disemec, creamos a principios de 1981 Matermec S.A.

Esta empresa poseía una División Ingeniería Mecánica que continuaba con los mismos servicios que prestaba Disemec, pero sin vinculación con Tecnon Argentina, y una División Ingeniería de Ventas, basada en representaciones de productos industriales, en las áreas de instrumentación y control automático, automación y accionamientos. Esta División estaba a cargo de mi socio, mientras yo seguí manejando lo que era mi especialidad. La empresa siguió su evolución. Fui presidente de la S.A. hasta agosto de 1995, cuando se hizo la escisión de la empresa. El grupo de ingeniería mecánica creó el Estudio con mi nombre, por una razón de mercado, digamos que por ser el más viejo del equipo, era la persona más conocida. Matermec S.A. ha continuado actividad dedicada a representaciones industriales. En ese entonces se separaron las aguas y Estudio Piña ha ido creciendo en los últimos años, consolidándose como grupo experto de trabajo y desarrollándose como organización profesional.

Utec: ¿Cómo asegura el Estudio su actualización y desarrollo continuos?

Tenemos un sistema de gestión de calidad sobre ISO 9001 que ha sido certificado en el año 1998 por IRAM e IQNET (certificación internacional). Ya pasamos el cuarto año de recertificación y estamos haciendo la transición hacia ISO 9000-2000. El Estudio es miembro de AGMA (American Gear Manufacturers Association) en Estados Unidos. AGMA es la asociación de la especialidad en engranajes más grande del mundo, y tiene bajo su dirección desde hace diez años los comités ISO del grupo de trabajo TC-60. Con esta pertenencia somos miembros votantes de las normas con lo cual recibimos periódicamente los Ballots de las normas que se van revisionando y se van actualizando, como así también de los proyectos de nuevas normas que se van incorporando. Nosotros emitimos nuestra opinión para ese trabajo, lo cual es una tarea muy ardua pero muy interesante y que nos permite estar muy al día. También somos miembro adherente del IET (Institut de l’ Engranage et des Transmissions) en Francia desde 1985; por esa vía recibimos la información del lado europeo.

Utec: ¿En que repercutió concretamente la Certificación?

JLP: Para ser sincero, diría que, externamente a la organización, es en el ámbito del marketing donde puede tener mayor repercusión un sistema de gestión de calidad certificado. En nuestros clientes habituales puede haber actuado como un hito que marcaba que no nos quedábamos en el tiempo, que estábamos actualizados con los requerimientos en el sentido de la gestión, etapa por la que nuestros clientes también estaban pasando. Además, probablemente con una ventaja: creo que en Bahía Blanca fuimos la primera empresa de servicios que certificó, y seguramente la primera empresa de ingeniería mecánica en el país que lo hizo. Esto efectivamente llamó un poco la atención de los antiguos clientes en su momento; para los nuevos clientes es como un aditamento muy interesante a los antecedentes que teníamos en la especialidad.

Sin embargo, la repercusión mayor ha sido interna porque aprendimos a trabajar de otro modo, y descubrimos que muchas cosas que hacíamos bien y muy bien, se podían hacer mejor y mucho mejor. Además, después de ir año tras año aplicando el sistema, hemos llegado a la convicción de que siempre vamos a poder mejorar, en tanto y en cuanto estemos dispuestos a ser críticos y a poner voluntad en el análisis de nuestros errores. Esto no quiere decir necesariamente que las cosas hayan salido mal en cuanto a resultados finales de trabajos realizados, pero a veces se puede alcanzar igualmente un excelente resultado con un mejor método de ejecución, y es a eso a lo que me refiero.

Utec: ¿Cuáles son las áreas en las que se desempeña el Estudio?

JLP: Nuestras áreas de actuación se refieren básicamente a las industrias siderúrgica, cementera, petroquímica, del aluminio, minería, aceitera-oleaginosa, del caucho, y de la generación de energía. Nuestra primera área de desarrollo fue la industria siderúrgica, actividad que inicié en Disemec en el año 1975, y en cuyas transmisiones estuvimos centrados en los 15 primeros años de labor. A partir del ’85 se fue diversificando, por un lado, debido a cambios en el mercado, y, por otro, porque encontramos otras áreas muy interesantes, como la industria cementera, con transmisiones muy grandes y pesadas; o la petroquímica con transmisiones de alta velocidad; es decir, otro tipo de complejidades. Desde hace un par de años estamos entrando fuertemente en la industria minera, donde no habíamos hecho experiencias antes porque no salíamos mucho de Argentina, y a través de varias tareas realizadas en Chile empezamos a desarrollarnos también en ese rubro, y después iniciamos trabajos en firmas de Argentina; un poco un camino inverso. Hoy día tenemos un representante que atiende Chile, otro en Perú, y prestamos servicios por vinculación directa con algunos clientes en Venezuela, Uruguay, Paraguay y en Brasil. También se han hecho para algunas empresas europeas trabajos en México el año pasado, y en Honduras durante este año.

Utec: ¿Cómo se da la relación con la Facultad?

JLP: La empresa se dedica a los servicios de asistencia técnica en transmisiones mecánicas. Esos servicios son: diagnóstico sobre el estado de transmisiones; pericias técnicas de averías; reingenierías de partes y de conjuntos que son pasibles de mejora para aumentar producción o para aumentar confiabilidad; controles y reparaciones en el sitio en el caso de grandes transmisiones; seguimientos de fabricación e inspecciones en nombre del cliente en los talleres del proveedor que éste haya elegido y en base a reingeniería nuestra; el reglaje, ajuste y la puesta en marcha de transmisiones pesadas; y, finalmente, cursos de capacitación.

En estos distintos tipos de servicios muchas veces aparece la necesidad de complementación. En el caso particular de la UTN FRBB, particularmente del GASM (Grupo Análisis de Sistemas Mecánicos) que dirige el Dr. Víctor Cortínez, nosotros empezamos ya en el año ’94 o ’95 a consultarlos por apoyatura que necesitábamos en análisis estructurales y resistenciales mediante elementos finitos, sobre todo en lo referente a las carcazas donde van montadas las transmisiones. Esas carcazas son elementos estructurales complejos que no se pueden analizar fiablemente bajo las hipótesis tradicionales de la resistencia de materiales, y por eso se necesitan herramientas más potentes y gente experta en su manejo. Enterados de la existencia del GASM en nuestra ciudad, realizamos las primeras experiencias con resultados realmente muy atractivos para los clientes. Con el tiempo se fluidizó esta relación y se fue extendiendo a otras áreas. Seguimos haciendo tareas en conjunto, incluso en este mismo momento se están haciendo algunas tareas de análisis de estructuras mecánicas mucho más complejas pues nos fuimos animando a encarar algunos temas que antes mirábamos con demasiado respeto, tal vez concientes de nuestras propias limitaciones. Pero resulta que éstas se han ido desvaneciendo a través de esa tarea conjunta y los resultados realmente han sido muy, muy alentadores. Esto no lo digo solamente basado en la experiencia positiva de los clientes, sino porque varios de estos trabajos han sido presentados en congresos y seminarios internacionales, y han tenido realmente una acogida muy buena.

Hoy en día y desde hace 14 o 16 meses a esta parte, el GASM está muy «impregnado» de una demanda que le hemos hecho en cuanto al análisis de problemas dinámicos, en los engranajes en sí mismos. Le hemos requerido evaluar las deformaciones bajo carga de los engranajes para determinar el comportamiento bajo condiciones de servicio reales, y ya tenemos desarrollados por ellos algunos programas que nos permiten simular esas condiciones y optimizar el diseño de los engranajes, por un lado en el caso de las reingenierías, como así mismo también estudiar engranajes existentes cuando necesitamos analizar causas de fallas o de falencias prematuras.

La etapa que se inicia ahora tiene que ver con el convenio que firmamos en el mes de agosto con la Facultad. El objetivo es darle una continuidad a ese vínculo a través de becarios que den un desarrollo en el tiempo a este tipo de estudio, que al grupo le ha interesado puntualmente.

UTEC: ¿Qué consejo daría a los estudiantes de ingeniería?

JLP: Creo que la actividad de nuestro Estudio no es tal vez muy representativa de lo que la mayoría de los estudiantes puedan encontrar como oportunidad laboral cuando egresen. No quiero desinflar expectativas pero, con mi experiencia de muchos años, la dificultad estriba en encontrar un ámbito de trabajo donde podamos desarrollar el potencial con el que egresamos de la universidad.

Por las circunstancias del mercado de los últimos años ha disminuido mucho la demanda de ingenieros (voy a hablar de los mecánicos, que es el área que yo conozco) en industrias dedicadas a la manufactura, y esto se ha debido a que el mercado de la fabricación en el país disminuyó fuertemente. Espero que esta situación se revierta en los próximos años, pero no va a ser fácil; las fábricas se cierran muy rápido, es decisión de la Dirección, y cuesta mucho tiempo reabrirlas o crear una nueva.

La mayor parte de los profesionales jóvenes en ingeniería mecánica hoy día es absorbida para tareas de mantenimiento, y veo en las industrias, sobre todo en las de proceso, que los requerimientos están muy basados en la gestión más que en la aplicación y el desarrollo de sus conocimientos técnicos. Esto para mí es una preocupación seria: el conocimiento de ingeniería mecánica de nuestros colegas interlocutores en la industria de procesos se ha ido deteriorando en los últimos quince años. Además, a la gente joven que se incorpora no se la alienta a formarse en temas de la especialidad, sino en la gestión del mantenimiento y eso va produciendo una merma de los conceptos volcados a la práctica.