Tecnología hoy
El Ing. Ernesto A. Castagnet es Profesor de Organización Industrial y de Estudio del Trabajo en el Departamento de la Licenciatura en Organización Industrial. Actualmente se encuentra realizando el Master en Industrial Manufacturing & Systems Engineering (IMSE) en la Ohio University, Estados Unidos .
¿Cómo comenzar un artículo sobre tecnología para una Universidad cuya resultante es la tecnología?
Las buenas ideas, las que tienen futuro, no necesariamente dependen únicamente del dinero. La tenacidad en la prosecución de las mismas hasta su desarrollo posterior (final), el espíritu emprendedor para enfrentar la adversidad, la creatividad en la búsqueda de caminos para su implementación, entre otros aspectos, son procesos lógicos de toda iniciativa llamada a tener éxito.
Nuestra Universidad contribuye con más del 50% del estudiantado en carreras de Ingeniería del país. Y con una matrícula de más de 70.000 estudiantes y 30.000 graduados no podemos esperar que el progreso en las áreas que nos competen, e incluso en aquellas no tradicionales como ser bioingeniería, ingeniería social, psico-ingeniería y otras, provengan de otros sectores y no sólo de los que habitualmente manejábamos.
La investigación y desarrollo (I&D) como así también el fomento y premios para aquellos estudiantes, docentes, no docentes y empresas que, a través de la vinculación tecnológica acompañan la evolución de esas ideas, debe ser el espíritu que guíe a nuestros líderes. Esa vinculación amparada con el apoyo irrestricto de los distintos cuerpos colegiados permitirán avanzar en Convenios con otras Universidades y Empresas: privadas o estatales, nacionales o extranjeras.
Para poder desarrollar dentro del ámbito académico esta masa crítica de conocimiento avanzado necesitamos socios. El fomento a la I&D debe ser entendido por las empresas que son, finalmente, las receptoras de este conocimiento, ya que gracias al mismo, administrarán mas productivamente sus emprendimientos (bajando costos, enriqueciendo el valor intelectual de la compañía, mejorando la cadena de valor agregado, etc.). Por ello considero que el apoyo a la formación de nuestros docentes es clave para nuestro futuro como Universidad y como país.
Hace poco tuve la oportunidad de estar en la cena Anual del Colegio de Ingeniería de la Universidad de Ohio (OU), que este año cumplió 200 años, evento en el que participan todos los Departamentos de dicho Colegio. Los premios consistieron no sólo en placa y medalla de oros alusivos sino también en cheques por sumas importantes a cada ganador. Se premió al no-docente más sobresaliente del año, al profesor más didáctico para los cursos de grado, al profesor más sobresaliente de cada Departamento, al trabajo de investigación más importante del Colegio, entre otros.
Los candidatos nacen de las encuestas anuales y de entrevistas personales que se realizan durante el año. Los premios llevan el nombre de los exalumnos que han aportado fondos para el desarrollo de actividades dentro de la Casa de Altos Estudios. También se premia a los exalumnos más notables. Este año fue el turno de quien desarrollara el primer chip de 64 bits (para una promisoria empresa llamada INTEL) y el primer programador lógico comercial PAL (Programmable Array Logical), el Ing. H. T. Chua; o quien pergeñara la primer registradora (para NCR), el Ing. L. Dale Springer y su hermano, el Ing. Paul Springer, que desarrolló para la fuerza aé rea norteamericana las primeras antenas ECM (electromagnetic countermeasure) utilizadas por los famosos aviones Stealth; sin olvidarme del Ing. Theodore S. Zajac, dueño de varias patentes sobre válvulas hidráulicas e inventor de la válvula de control conocida como «Colorflow Valve», utilizada para controlar la velocidad de los motores y de los cilindros neumáticos e hidráulicos.
Y por último recibieron placas y medallas conmemorativas aquellos alumnos -o no- que contribuyeron monetariamente con el sostenimiento de la Universidad. Estaba presente el exalumno Ing. Fritz Russ (más de 85 años) y su esposa Dolores, que en 1990 donaron U$ 5 millones a la OU, dinero gracias al cual se construyeron las nuevas instalaciones que hoy albergan al Colegio de Ingenieros, como así también equipamiento para sus distintos talleres. El Ing. Fritz Russ lleva donados más de U$ 10 millones a la OU, es dueño de varias patentes e inventos tales como el sistema de guía de proyectiles, equipos de medición de sangre para los trajes espaciales que utilizan astronautas, y tantos otros que su historia merece otro capítulo. Vendría a ser el Nóbel de Ingeniería. Este premio (por un monto de 500 mil dólares) otorgado por la Academia Nacional de la Ingeniería de USA fue donado por él y lleva su nombre.
Es mi deseo personal que estas buenas iniciativas sean imitadas y adaptadas por la UTN para premiar a su cuerpo de docentes, no-docentes, graduados y estudiantes. Y que a través de Vinculación tecnológica y Extensión Universitaria, se haga entender -hacia afuera (exalumnos y empresas) y hacia adentro- el mensaje de que, colaborar con nuestra Institución, no es sólo una manera de contribuir con el medio que los rodea, sino que es la forma de premiar y reconocer los avances que luego dichas empresas convierten en dinero, que raramente cae en los bolsillos de aquellos investigadores, profesores formadores de ideas, o alumnos que colaboraron para su desarrollo.
La tecnología avanza. Somos nosotros los que nos detenemos, cansados muchas veces de tanto batallar, fastidiados por los bajos sueldos, las peleas de entrecasa y, lo que es peor, por el poco reconocimiento personal. Pero no nos desanimemos. Seamos proactivos recordando el viejo dicho: «haz el bien, sin mirar a quién». Que la tecnología es hoy.