Un desafío: aumentar la cantidad de graduados

El debate en torno a la tasa de graduación de nuestras universidades, los indicadores utilizados y criterios subyacentes.

Durante el Encuentro Nacional por la Educación “Balances y Desafíos” realizado recientemente en la Universidad Nacional de Córdoba tuvo lugar el debate sobre la tasa de graduación en universidades nacionales. Una de las ponencias, a cargo de especialistas de la Fundación Mediterránea, cuestionó la “eficiencia” del sistema universitario argentino, en base al análisis de datos oficiales del Ministerio de Educación. “Egresan en promedio 6 alumnos por cada 100 estudiantes al año y el tiempo promedio de estudio de estos egresados es de un 60% mayor en el caso de las universidades públicas y de un 40% superior en el caso de las privadas”, señala un trabajo firmado por María Luz Vera y Gabriela Galassi.

A su turno Alberto Dibbern, Secretario de Políticas Universitarias del Ministerio de Educación, dijo que “No tiene ningún sentido medir la cantidad de egresados del sistema universitario en relación a la totalidad de la matrícula. Nosotros medimos otra cosa. Y es que la cantidad de alumnos que se reciben en un lapso de 5 años (el plazo promedio previsto para una carrera) es del 24,5% en el sistema general, mientras que en el terreno de las ciencias aplicadas la proporción es del 29,6%. Hace una década esa tasa era del 21,2%”.

La rectora de la Universidad Nacional de la Patagonia Austral, Eugenia Márquez, consideró que las universidades deberían tener como meta duplicar cada año la cantidad de egresados, mediante estrategias que mejoren las condiciones de cursado de las carreras. Juan Carlos Geneyro, miembro de la Coneau (Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria), coincidió con el planteo de Márquez y agregó que habría que flexibilizar el sistema de cursado, o, en todo caso, analizar diferentes formas de llevar adelante una carrera, aprovechando las nuevas tecnologías.

Por otra parte, en el documento “La Formación del Ingeniero para el Desarrollo Sostenible – Aportes del CONFEDI”, se hace referencia a la expectativa y necesidad de duplicar la cantidad de ingenieros, que actualmente es de 5200 graduados por año: “…en un país de alrededor de cuarenta millones de habitantes, esto implica una tasa de nuevos ingenieros por año que está en el orden de un nuevo ingeniero cada 7.600 habitantes por año, cuando en países desarrollados esta tasa es del orden de un nuevo ingeniero cada 2.000 a 2.500 habitantes por año”. Y en el mismo documento se establece que “las medidas actuales permiten trazar una pendiente que en cinco años permitiría arribar a una tasa de graduación del orden del 30%, considerando una retención mínima del 50% en el ciclo básico y 60% en el ciclo de especialización de la carrera. Esta tasa de graduación permitiría graduar alrededor de 10.000 nuevos ingenieros por año, prácticamente duplicando el número actual y considerando que la cantidad de ingresantes permanezca constante, más allá que haya acciones concretas para incentivar la matrícula en las carreras científicas y tecnológicas”.

La lectura de indicadores debe ser cuidadosa, ya que según el criterio que se utilice serán las conclusiones; de allí la gran disparidad de las exposiciones citadas.

¿Cuál es la realidad en la Facultad?

Para nuestro análisis consideramos necesario medir la tasa de graduación por cohorte, es decir número de ingresantes versus egresados de esa promoción. Se tomaron como muestra las cohortes 1995 a 1998, cuyo periodo de graduación estuvo comprendido entre 1999 y 2010. La tasa de graduación promedio registrada fue del 18%.

a
Tasa de graduación15%23%16%19%17%16%

Ingresantes – graduados cohortes 1995 – 2000.

Llegar a una tasa de graduación del 30% tal como lo propone el CONFEDI y la Secretaría de Políticas Universitarias no parece ser una meta imposible de alcanzar, siempre que se tomen medidas hoy para ver esos resultados dentro de 10 años.

a

Duración de las carreras de grado en la Facultad (alumnos que ingresaron entre 1995 y 1998, egresados entre 1999 y 2010).

El gráfico fue obtenido sobre una base de 315 graduados entre 1999 y 2010 (que habían ingresado entre 1995 y 1998) ponderando las distintas duraciones nominales de las carreras. Puede observarse una moda (valor que más se repite) de 7 años y una media de 9 años. La edad promedio al graduarse es de 28 años, mientras que la moda para ese parámetro es 26 años. El promedio general de calificaciones es 7,20, coincidente con la moda.

Tabla: Índices por carrera

CarrerasCantidad de GraduadosTasa de graduaciónDuración de la carreraEdad al graduarse
 1999 – 2010por año%NominalModaPromedioModaPromedio
Ingeniería Electricista24616%511102927
Ingeniería Mecánica631620%5792528
Ingeniería Civil731825%5,5793129
Ing. Electrónica411010%5,59112829,5
Lic. en Organización Industrial1142919%477,52827,5
Totales3157918%5792628

Se considera que la moda tiene un valor razonable para las ingenierías, sin embargo el promedio se considera alto y debiera tender a la moda (de 9 a 7 años). La edad al graduarse sigue la misma ley.

En orden de prioridad, el primer aspecto a mejorar es la cantidad nominal de graduados. Es necesario para ello mantener constante el ingreso a las carreras, y mejorar los índices de abandono y desgranamiento. Para esto se están estudiando algunas medidas (ver recuadro). El segundo aspecto a mejorar es la duración real de las carreras -que también hará descender la edad de graduación-, factor no menor básicamente por el cambio de prioridades que tienen las personas entre los 25 a 30 años, donde la carrera universitaria pierde terreno frente a las actividades laborales, cambios familiares y sociales.

Medidas que se estudian para mejorar los índices de ingreso y retención:

  1. Formular planes de estudios con un máximo de 7 asignaturas por nivel. Esta es quizás la medida más efectiva que pueda tomarse dado que se establecería en 5 a 7 la carga de asignaturas por nivel, lo que representa un año de estudio de un estudiante regular. Esto podría lograrse manteniendo la carga horaria actual de los diseños curriculares, pero reagrupando contenidos de asignaturas que tienen en la actualidad 2 a 3 horas semanales.
  2. Modificar el régimen de cursado de anual a cuatrimestral, al menos en 6 asignaturas por nivel. Esto permite priorizar mejor las asignaturas, reducir la dispersión y dinamizar la currícula.
  3. Modificar el reglamento de estudios:
    • Eliminar las excepciones para cursar el último nivel.
    • Reducir la validez de los trabajos prácticos.
    • Incorporar el concepto de permanencia del alumno, flexibilizando las restricciones para cursar.
  4. Incentivar el sistema de promoción directa de evaluación continua.
  5. Reformular las materias electivas, de manera que el alumno pueda cumplir con la carga horaria que le exige el diseño curricular con 2 ó 3 asignaturas.

Alejandro STAFFA
Secretario Académico