En junio se Celebran los Días de la Ingeniería y del Ingeniero

Los ingenieros celebramos el día de la ingeniería el 6 de junio, recordando la fecha de graduación del primer ingeniero recibido en el país, el Ingeniero Huergo y el día del ingeniero el 16 de junio, conmemorando el establecimiento del Departamento de Ciencias Exactas en la Universidad de Buenos Aires.

Un 6 de junio de 1870 se graduó como Ingeniero Civil Luis Augusto Huergo, pionero de la Ingeniería Argentina.

Nació en Buenos Aires, el 1° de noviembre de 1837. A los 15 años de edad, viajó a los Estados Unidos de Norteamérica para cursar estudios en el Colegio de Santa María de Maryland, en el cual la enseñanza estaba a cargo de sacerdotes jesuitas. De regreso en el país, cinco años después, prosiguió su formación en el Departamento Topográfico de Buenos Aires, donde se graduó como agrimensor en 1862. En 1866, cuando se creó la carrera de ingeniería civil en la Universidad de Buenos Aires, Huergo decidió seguirla y, cuatro años más tarde, con una tesis sobre Vías de comunicación, se transformó en el primer graduado

La mayor obra del ingeniero, se vincula con sus proyectos para dotar a Buenos Aires de un puerto digno de las necesidades del creciente tráfico marítimo. En 1881 propuso el proyecto más completo de la época, para un puerto en la Capital Federal. Al año siguiente Eduardo Madero presentó una propuesta alternativa que Huergo juzgó muy inconveniente. Sin embargo, en diciembre de 1884 el Gobierno Nacional se decidió por el proyecto de Madero.

En el proyecto de Madero, los barcos entrarían a través del canal del sur, cargarían y descargarían bienes en cualquiera de los cuatro diques, y saldrían por el norte. Pero cuando se inauguró Puerto Madero, en 1897, el proyecto ya era obsoleto. El diseño de Madero no permitía ninguna clase de expansión, algo muy necesario cuando los barcos se hacen más y más grandes. La congestión fue un problema considerable durante el apogeo de Puerto Madero: sólo en 1910 pasaron por allí 32.000 embarcaciones.

El tiempo demostró que Huergo tuvo razón y que su ingenio previó el mejor tipo de puerto posible para la ciudad de Buenos Aires, en aquella época. Su visión se encuentra reflejada en lo que conforma hoy el denominado Puerto Nuevo. El ingeniero Luis Augusto Huergo, luego de desempeñar una vasta y destacada actividad pública y profesional, murió en Buenos Aires el 4 de noviembre de 1913.

Un poco de historia académica:

La Universidad de Buenos Aires fue fundada por un edicto del 9 de agosto de 1821, firmado por el gobernador de la Provincia de Buenos Aires Martín Rodríguez e inaugurada solemnemente tres días después. Se crearon cinco departamentos: ciencias sagradas, derecho, medicina, matemáticas y estudios preparatorios; aunque no se llegaron a formalizar carreras de ingeniería. Durante la gestión del rector Juan María Gutiérrez se reinstaló el departamento de ciencias exactas, que había sido suspendido durante el gobierno de Juan Manuel de Rosas. Por decreto del gobernador Mariano Saavedra, del 16 de junio de 1865 se establece «en la Universidad de Buenos Aires un Departamento de ciencias exactas, correspondiendo la enseñanza de las matemáticas puras y aplicadas, y de la Historia natural.»

En 1866 el Departamento contaba con los siguientes trece inscriptos en orden alfabético: Valentín Balbín, Santiago Brian, Adolfo Büttner, Jorge Coquet, Luis A. Huergo, Francisco Lavalle, Carlos Olivera, Matías Sánchez, Luis Silveyra, Miguel Sorondo, Zacarías Tapia, Guillermo Villanueva y nuestro conocido Guillermo White.

El primer graduado del Departamento fue el Ingeniero Luis Augusto Huergo. El diploma está fechado el 6 de junio de 1870 y lo habilitaba como «Ingeniero de la Escuela de esa Universidad en la Facultad de Ciencias Exactas».

El primer plan de estudios constaba de 18 asignaturas, aproximadamente el 30 por ciento de ellas estaban vinculadas al dibujo y otro 30 por ciento a las Matemáticas. Sólo dos asignaturas se referían a la construcción y dos a la geología y mineralogía. Además, el título de Ingeniero incluía los conocimientos del agrimensor.

Por decreto del 26 de marzo de 1874 se modifica el estatuto de la Universidad de Buenos Aires creando cinco facultades. El Departamento de ciencias exactas se dividió en dos facultades: la Facultad de Matemática y la Facultad de Ciencias Físico-naturales. Luego funcionó regularmente la Facultad de Matemática otorgando títulos de ingeniero civil. En 1878 se incorporaron nuevas carreras: ingeniero geógrafo, arquitecto y doctor en matemática.

En 1881 se nacionaliza la Universidad de Buenos Aires, el decreto nacional del 7 de febrero de 1881 establece: «Quede entre tanto refundada la Facultad de Matemáticas con la de Ciencias Físico-naturales, establecidas por el decreto del 26 de marzo de 1874».

Los estatutos universitarios de 1891 cambian el nombre a «Facultad de ciencias exactas, físicas y naturales», nombre que conserva hasta 1952. En el año 1894 los estudiantes de la carrera de Ingeniería fundaron el primer Centro de Estudiantes del país que tomó el nombre de «La Línea Recta». En 1948 se crea la Facultad de Arquitectura y en 1952 por decreto nacional se divide la facultad en dos: Facultad de Ciencias Exactas y Naturales y Facultad de Ingeniería.

La Facultad funcionó muchos años en la Manzana de las Luces, en la calle Perú 222, hasta que en 1948 recibió el edificio de Las Heras y en 1956 el de Paseo Colón.

No fue Huergo el único pionero y en ese sentido quienes se desempeñan en la especialidad eléctrica han tomado al Ingeniero Jorge Alejandro Newbery, como gran ejemplo a seguir. Nació el 29 de mayo de 1875 en Buenos Aires y murió el 1º de marzo de 1914 en Mendoza. Se graduó como Ingeniero Electricista en 1895 en la Universidad de Cornell (EEUU), siendo alumno de Thomas Alva Edison. Fue además de excelente aviador, deportista, funcionario público y hombre de ciencia argentino, destacándose notablemente en todas esas actividades. Es recordado especialmente por ser el artífice y fundador de la Aeronáutica Militar Argentina

Fueron hombres que marcaron un camino, lleno de buenos ejemplos y grandes logros. Hoy los ingenieros tenemos la enorme responsabilidad de lograr que el avance tecnológico llegue a todos sus habitantes, logrando para ellos una mejor calidad de vida. Por ello entendemos que nuestra capacidad debe ser óptima de manera tal de poder situarnos a la vanguardia del conocimiento científico, vinculando ciencia y tecnología a la vida cotidiana de todos los habitantes de este país, que encuentran en el ingeniero el actor ideal para hacerlo, en consonancia con su esmerada preparación.

Los ejemplos de Augusto Huergo, Jorge Newbery y el de muchos otros ingenieros que han desarrollado tecnológicamente nuestro país, con audacia y valentía, deben representar el norte a seguir, especialmente en esta oportunidad, a 145 años de la graduación del primer ingeniero argentino.

Ing. en Construcciones Rodolfo Juan Dillon
UTN FRBB